jueves, 23 de mayo de 2013

Esta mañana le quemé las alas al alba
con la punta de un cigarro escupiendo humo.
Apunté al centro del ansia que me eleva
y que me flota mientras nado en esa nada
tan tuya y tan mía
tan llena de huecos como la ceniza que se nos pega a la ropa,
que envuelve tus camisas con el viento y baila entre mis cuerdas.
Y es que tiene sabor a noche y a primavera y a mucha cerveza
corriendo por las venas
desgastando las manos tras las orejas y los brillos de los dedos entre tu pelo.
Pero ven y dime hoy que si grito en silencio la pólvora sabrá menos a verano,
que si callo es porque me arranco a borbotones de tu lado,
que si me hundo es en el lodo y en el barro y lloro tierra
lloro tierra
ya no añoro si no son tus ojos y tus arañazos a bocajarro
ya no bajo a los infiernos para trepar a la luna de este mayo.
Ya no beso flores de loto cuando floto entre mis rotos.
Entre tus rotos.
Entre los esquemas y las quemaduras que se quedan en cueros.
Ya no lloro tierra por si lloro ríos.
O mares.
Todos los mares de tierra.
Todos los mares de la tierra.




















enc.

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