jueves, 24 de noviembre de 2011

Eras el cielo.
Diciembre. Y sus noches.
Conversar con versos.
La sombra de las nubes.
Aún no puedo escuchar a Nacho.
Quizás de corazones
iba la película
que nos miraba.
El sinsentido que reina
tras mi ventana
me dijo poesía.
Poesía de abrazos cruzados.
Morir o matar.
He jurado que volvería.
Pero ni cómo ni cuándo.
Eres la tierra.
Y he vuelto.
Al amor de garrafón.
Al cine de los 80.
A tu mueca y tu hoyuelo.
Perdóname.
Nunca supe querer.
Querer querer.
Deja que me clave al barro.
Ser huella.
Ser tierra.
Volar en charcos,
soltar amarras
y no despegar.
Mi cielo.
Y mi tierra.














enc.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Q triste es que si no hay dolor no haya poesía.
Podría ponerme a debatir acerca de esta realidad, maldiciendo los retortijones y los achaques de los ataques, vomitando a los cuatro vientos gritos maheridos. Podría llorar sobre el papel y poner a secar las venas mojadas, aunque es cuando gotean cuando valen para algo más que para hacerme caminar. Podría encerrar los ojos en mis manos y dejarme llevar a un mar de más allá, más perdido que las luces de las calles de madrugada, cuando nadie las ve.
Pero no hoy. Hoy no habrá más oro o gloria, hoy solo serán sombras.
Te sentarás a mi lado a esperar, viéndolas venir al trasluz de la ventana, oyendo el picaporte en el corazón. Resuena la mañana y aún es medianoche, esperando a que todo acabe bien. Bucólico, onírico e ideal.
Y si no, siempre nos quedará la poesía en andamios de quebrantos y penas encubiertas.
¿Qué es lo que puede ofrecerte un salteador de caminos perdidos? Un costurero en los hilos, que han enredado mi vida...














enc.