martes, 26 de enero de 2016

-Estás cayendo.
-No, estoy volando.

Me encanta la idea
de que estés viendo el mismo cielo
al otro lado de la ciudad
y solo se me ocurre pensar
si ese rojo tan rojo
tú también lo ves arder.

Me encanta la idea
de no tener que dar bienvenidas
abrir ventanas
cerrar puertas
decir adiós.

Me encanta la idea
de querer andar de la mano
todas las calles
todos los días
sin tocarnos.

Me encanta la idea
de saber que la lealtad
se mide en silencios
en muchos silencios
y en las palabras justas
siempre
solo
cuando tocan.

Me encanta la idea
de saber elegir.
Si solo supiera hacer una cosa
solo querría
saber elegir.
Elijo hoy aquí y contigo.
Elijo sin ti.

Me encanta la idea
de jugármela todo
a una sola carta.
Y perder.
Besar los abismos,
quemarme,
gritar.

Me encanta la idea
de disparar sin recámara
solo balas
mucha herida para apuntar
poca sangre fría.

Pero

por encima de todo

me encanta la idea
de tirar los dados
y que salga casa
de encontrarlas
de construirlas
cada día
poco a poco
con manos
co(n)razón
con muchos puentes
y poco relojes
que midan tiempos
y que cuenten distancias.

(y cada vez quedan menos pozos
menos oscuridades
y menos salpicaduras)

























enc.