martes, 8 de abril de 2014

Solo sé hacerme daño
cuando divido las noches
en dos partes
una que me lleva a ignorarte
y otra que se empeña en aullarte.
Y entonces ardo
quizá
esperando que vengas con todas tus olas
y tu arena
a enterrarme bajo tierra
o a apagarme
a dejarme sin cobertura
mientras tecleo y te veo
aquí a mi lado
como si no pensase
que verte de cerca es solo mirar cómo te alejas
o como cuando lloro frente a los espejos
y me río porque les miento
diciéndote que yo soy inmortal
que no estoy llorando
que solo es una forma más
de alargar el momento
en que por lo menos
estás tan adentro
que es más fácil
creer que este hielo
comienza a ser primavera
aunque ahí afuera
siga nevando
tan boca abajo
como este suelo
que empieza a patinar de agua
por todas las nubes
que no saben
alzar el vuelo.
Que echarte de más
solo es otra forma
de llorar de menos.
O viceversa.






















enc.