lunes, 1 de abril de 2013

Dicen que nos espían los sueños y que luego se lo cuentan al gato que llevamos en el pecho. Qué verán, qué verán, entre las nubes de tu pelo y bajo la cascada de tu ombligo. A mí mi gato solo me araña y me maulla por dentro, se me aprieta contra las costillas y toca en ellas el piano con sus finos bigotes amarillos. Luego están sus ojos, que me miran mientras miro que tú no miras; ojos azules en donde naufragan los barcos y las noches son más largas, como si viviésemos muy al norte o muy al sur. El gato de mi pecho apenas duerme entre las lianas de mis venas: prefiere los dedos de mis manos frías que lo acarician por inercia cuando abrazo mi costado. El gato de mi pecho llora porque no le vienes a ver, porque dices que prefieres aullarle a la luna menguante, a la que siempre se va, por aquello de no hacerte esperar; qué tendrá ella que no tiene la cárcel de costillas y el pulmón que te dejamos para que vengas a dormir con nosotros.
El gato de mi pecho vive en los tejados; maulla su dolor porque no sabe llorar. Y se dedica a vigilar el silencio de los muertos, de los que no viven de noche, el silencio de quien duerme porque tampoco sabe soñar.
El gato de mi pecho mira mis sueños y luego me habla de ti, lentamente, mientras entre mis tendones resuena la melodía de las noches y sus ruidos afilados. El gato de mi pecho te espía en sueños mientras se recuesta en mi oreja y vela porque no salgas de mi cabeza.





















enc.

1 comentario:

  1. ¿Qué representa el gato?, ¿por qué un gato y no otro animal? , ¿y por qué está en el pecho y no en la entrepierna?

    Saludos de mi parte.

    ResponderEliminar