Lo que hoy escriba se lo come la lluvia. Y eso que aún no llueve ahí fuera. Pero sólo yo noto la humedad que carcome y que vomita, la que da escalofríos cuando el cigarro sienta mal y agarras la tierra por encima de la hierba.
El resto me da igual. Echaría a volar sin necesidad de alas.
Pero todo queda muy alto, muy alto. Y mis manos nunca fueron tan grandes como para tapar el sol.
Aquí abajo no se está tan mal. A veces, se cuela la luz.
enc.
No, la verdad es que no se está tan mal.
ResponderEliminarAún no llueve. Ahora no es más que humedad encharcando mis pulmones. Pronto. Pero aún no llueve.
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