lunes, 31 de enero de 2011

Lo noto al fondo, como noto el deseo de beberme los mares las noches de sábado y como noto que los poetas se sumen en un letargo del que tardan en despertar. A veces.
A veces noto la bola de fuego salirme por la boca, el ansia irrefrenable de querer vomitar sobre el papel y llenar la pantalla de diminutas letras negras cursivas. A veces soy tinta fresca y otras se reseca.
Ya no sé escribir; me enamoré de una luna a la que vendí mi musa, mi numen, a cambio de dos gramos de felicidad. De erratas y palabras en mitad de la nada que no dicen nada. Que las miras y te sonríen como cuando te cruzas por la calle con gestos imperfectos y rostros rotos. Ya no digo nada, y eso que no callo ni al alba, ni a la madrugada de las noches de estío ni de duro frío. Ya no corro las letras ni me falta el aliento; ya inhalo el tabaco como el agua el hambriento.
Yo soy los rasgos que acaricio, que hago cenizas cuando corto el hilo que me ata a la vida y me mata en el papel. Pero ahora más terrenal que nunca, pero más en los cielos, en las nubes de tormenta, que nunca.
Delimita tu mundo con dos palabras. Con cuatro, si me apuras. Nunca podrás. Cuerpo el tuyo que vaga, que llora, que gime y que grita. ¿Y el papel? ¿Qué sabe él?
Nada y aún así me cuestionáis, me miráis del revés y me véis cabeza abajo, me preguntáis por mi mundo, por mi pequeña parcela de mundo. Y queréis dos palabras en cada esquina. Ni hablar.
No busco el entendimiento como tampoco lo hace el loco de atar, el tacaño hipócrita celoso de su corazón, el iluso e idiota enamorado de la luna.
Sé que has llegado hasta aquí y te has quedado a mitad. A mitad de todo porque no comprendes de nada. ¿Sabes?, ni me preguntes. Ni me preguntes ni me cuestiones ni me mires mientras hago el pino con los pies descalzos. Ni me ahogues si pretendo volar por el mar, ni me llames si estoy demasiado cerca y no te oigo, ni me escribas si sabes que yo no leo, que no sé leer. Ni me ames si sabes que la luna está por encima de ti.
Y me quedo con ganas de más, de cantar mientras bailo o llorar mientras río. Intenté, ahí arriba, enlazar algo coherente, cohesionado, congruente. Pero si ni mi vida ni la tuya al fin y al cabo lo son, ¿por qué sí iba a serlo mi prosa? O es mi verso que se posa y ya no sé si tiene alas o sólo solloza porque no es capaz de salir de mi boca. Queriendo volver a tomar cuerpo y ser incandescente. Y todo es un relativismo inherente a lo que tu pensamiento asfixia. Ni yo sé lo que escribo ni lo que quiero escribir, y ni tú sabes lo que lees ni lo que quieres leer.
¿Sabes qué es lo mejor? Que todo es silencio. Y ahora sólo escúchalo, y el hada del azar, o del destino, o de tu Dios, quizás encuentre sitio en tu cama. Y haz el amor antes de que él te haga, y seas un prisionero más en esta cárcel de caramelo que todos lamemos sin saber que somos azúcar y nos quemamos, nos quemamos y somos verja de nuestro propio cautiverio, de ese dulce carcelero.
Y si es silencio qué hago aquí. Entre un mar imaginario y tus dedos. Mirando por una ventana de cristales que vibran como las cuerdas de una guitarra. El silencio es cerrar los ojos y colocar un puzzle de palabras. Para que suene bien.
Quiero un final que estalle. Una bomba. Pero no es así, tú no eres así, ni yo, ni la vida. Todo es el silencio de apagarse poco a poco, sin ruido y con soledad. Pero ahora quiero sonar en tus oídos, porque estoy gritando y sé que retumbo en tus costillas. Aunque me cosas la boca.
Y ahora qué. Ahora que sé que estoy sola porque os habéis quedado por el camino, porque no estáis aquí, conmigo, en mi espíritu errante que teclea al azar. Ahora puedo terminar de desvariar y gritar disparates como amor, libertad o tunombre. Porque sé que no me oís.

Y no importa. No importa en absoluto.
Porque yo aún tengo dos gramos de felicidad en el bolsillo.














enc.

4 comentarios:

  1. Conserva los dos gramos por si el invierno se vuelve más frío y nunca dejes de gritar, nos hacen falta voces.

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  2. "Y haz el amor antes de que él te haga"

    "Vení a dormir conmigo.
    No haremos el amor,
    Él nos hará"
    (Cortázar)

    Algún día quiero escribir como tú, aunque a veces seas tinta fresca y otras reseca.

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  3. Benditos los ojos que te encuentran a ti viva también. Yo terminé este lunes los exámenes, así que espero que tu acabes y me digas cómo han ido.

    Un besazo lost.

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