Cierra la boca. Callan los gritos y truenan los silencios. Rompen las olas la arena, y agoniza la luz parda que todo rebosa. Vuelan las palabras de los labios, propulsadas por odio y aversión; y como dardos penetran la piel, sin hacer ruido. Las dentelladas trémulas de la intención queman la mecha, y calcinan réplicas. No hables. No digas, no opines, no juzgues. No busques saber lo que escapa a tu iracundo entendimiento. No comprendes mis palabras ni asimilas mi término. No escuchas ni oyes, escupes y murmuras. Tras cada ladrillo se esconde tu mezquina palabra, manchada con sangre negra y lóbrega saliva. Tenebrosas están tus manos de desenterrar secretos, y sucios tus ojos de reflejar el lodo del suelo. Tu sonrisa ruin es una mueca sombría, y tu lengua viperina esputa amargos. Mis palabras son claras, y limpias mis intenciones, pinto en el cielo mi canción y mi sonata. Metáforas a sabiendas de sabios impostores, que tergiversan y ensucian. No hables. Cállate. Siéntate, no digas nada. Mira el mar. Es más bonito que todo lo que hayas pronunciado jamás.
enc.
Y cuanta razón, y cuanta razón.
ResponderEliminar:D
Es tu forma bonita de decir: cállate la puta boca y mira el mar.
ResponderEliminarMe gusta ^^
Parada frente al mar...mientras el mundo gira.
ResponderEliminarMi muy querida Enc. nunca dejarás de sorpenderme!Y con respecto a mi pequeña lavandería lamento decirte que se han accabado los paréntesis.
Ella ya se ha encontrado,se han encontrado.
:)