lunes, 16 de febrero de 2009

Todo empezó... un momento, ¿qué empezó?Bueno, no sé, da igual. Solo sé que retumbaban trompetas a lo lejos. Parecían el eco del viento eterno. También sé que hacía frío. Y la escarcha delineaba amapolas de cristal helado. El sol lucía pálido y desnutrido, como empequeñecido y asustado. Sus rayos, antaño poderosos y cálidos, habían perdido la fuerza de mover el mundo. Las hojas de los árboles, normalmente rebosantes de color y vida, yacían mecidas a la brisa incesante, vagabundeando por el suelo enmohecido y duro. Han dejado su verde esperanza por el gris desesperación.
El mar, ya no besa con pasión los acantilados, ni las olas golpean, furiosas, los arrecifes en flor. Tampoco la montaña se halla como siempre. Las rocas y las piedras ya no son más que polvo ennegrecido, y los caminos, cubiertos de madreselvas y hierbas silvestres, han difuminado su perfil. Ya no tiene rasgos.
Otra cosa que llama la atención, es el lastimero canto de los pájaros, agónico y silenciado por el murmullo que emerge de no se sabe donde. Quizás, del centro de la tierra.
Tras sentarme durante, probablemente, tanto tiempo, que perdí la cuenta, que los relojes no eran capaces de señalar, que la arena del viejo desierto ahora ya es roca caliza, y escuchar cada silbido del viento, cada ola del mar, cada hoja deslizarse del árbol a la tierra, cada canto del grillo, cada sol amanecer, creo haber deshilachado la causa de tales irreales acontecimientos.
Todo, todo aquello que somos, fuera de nuestra carcasa humana, parece sufrir, parece agonizar, parece perecer.
Parece, que nos están gritando, tan alto, tan alto, y a pesar de ello, tristemente, no oímos, no queremos oír.
El mundo, la tierra, el cielo, nos grita, desesperado, suplicante, de rodillas, con lágrimas en los ojos. Que muere. Hoy... mañana... quizás hayamos de enterrarlo, y, tarde será, para evitar, entonces, una parte de nosotros ir con él. Moriremos. También.












enc.

2 comentarios:

  1. Tengo un ratito para leer, del que me deja el tiempo de estar con los eslovenos para arriba y para abajo. Y merece la pena :)

    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar