Allá al norte, donde las nieves y los fríos, más allá de aquel diciembre en las calles de Berlín y en los puentes de Praga. Allá donde se pierden las tardes de café y cerveza fría por las noches, las terrazas de humo y risas a cuestas con dos libros. Más allá de todo el cine y de todo parque de madrugada, de los fotogramas e instantáneas de un nos vemos y un abrazo. Quedamos a las cinco y llego tarde.
Pregúntame cómo me va. Qué tal el otoño por aquí. Cómo caen las hojas en el paseo, cómo empieza la luz a jugar con nosotros. Si hemos cambiado. Si te echamos de menos. Si pensamos en ti. Si nos equivocamos al marcar tu número.
Dime si he conocido a alguien, que tú siempre has leído más y mejor que yo. Dime que estoy haciendo el idiota y que eso no está bien, o que no pasa nada, que aquí estoy yo. Dilata el tiempo en un último Fortuna quemándonos los labios, en una última risa y en un nos vemos pronto. Pero qué más da.
Volveremos. Más viejos y más cansados, más corroídos y con más brillo en los ojos. Como a aquellos veranos con música de fondo, alguna ciudad maldita que nos ve hacernos fotos. A aquel bar homérico.
A donde quiera que llegues. La luz de la noche es la misma en todos los cielos.
W.
enc.
Es curioso cómo el paso del tiempo nos da vida al mismo tiempo que nos mata.^^
ResponderEliminarestamos aquí
ResponderEliminaramando la misma luna
siempre
:)
La luz es la misma. Es el color de nuestro cielo propio lo que subordinamos.
ResponderEliminar